La Matrona: Visita de Mayo

17 mayo Jesús 3 comentarios

Ayer tocó la visita mensual a la matrona. Por primera vez en el embarazo ha conseguido oír los latidos. Para ser sincero he de decir que se escuchan mucho mejor con el doppler casero que con el de la consulta. La matrona se quejó, dijo que hacía tiempo que estaba pidiendo al hospital que se lo cambiasen, que fallaba mucho. Tal vez ese sea el motivo por el que no oímos nada en las visitas anteriores.

A parte de esto le tomó la tensión y el peso. La tensión estaba muy bien, pero el peso... Hemos descubierto a la 'matrona regañona'. Lo cierto es que la apariencia de Sandra es estupenda y lo único que se ve que ha crecido es la barriga. Pero la báscula no miente. En la primera visita pesaba 51,400 y ahora pesa 57,000 Kg. Por lo visto estos 5,600 Kg son muchísimo para 20 semanas. Lo peor es que en el último mes engordó 4,500 Kg. Se puso muy seria con el peso y le pidió que reflexionase a ver había hecho para subir de peso. A mi se me vinieron a la memoria un par de bombas de crema, dos tarrinas de helado, tres helados de cucurucho, dos pechugas villarroy del VIPs y las tostadas con mantequilla y mermelada de los desayunos... y en ese momento Sandra interrumpió mi recuento mental mintiendole a la matrona: "Pues no lo entiendo. Yo estoy comiendo sano". La matrona debió de percibir una cierta sonrisa sarcástica en mi que dijo "...pues tu marido se ríe, seguro que el se hace una idea". Yo reaccione rápidamente encubriéndola de manera casi instintiva: "es que ya no salimos a pasear y lleva una vida mucho más sedentaria desde que está embarazada" dije yo inmediatamente. "Pues si comes sano lo que tienes que hacer es quemar calorías. Intenta ir al trabajo andando y salir a pasear más en el tiempo libre" resolvió la matrona.

Al salir de allí me dirigí al ascensor y Sandra me propuso que bajásemos por la escalera (los 5 pisos) "que me viene bien". Yo no lo discutí porque la matrona nos acompañó a la puerta y estaba escuchando, pero cuando íbamos por el cuarto piso más o menos Sandra insistió "... es que ya no hago nada de ejercicio...". Le interrumpí y le recordé que le había encubierto, pero que los dos sabíamos que el problema no era la falta de paseos sino los bollos de crema y su amigo Häagen Dazs, de los cuales no le había hablado a la matrona. Se rió, pero yo supe que los dos ya teníamos claro lo que había que corregir.