Bullying: como gestionar el acoso escolar
En las últimas décadas se oye hablar mucho de bullying, pero no nos equivoquemos: el bullying no es nada nuevo. Siempre ha existido.
La única diferencia es que ahora le hemos puesto nombre y nombrar las cosas es muy importante porque nos ayuda a reconocerlas y aceptar su existencia.
La única diferencia es que ahora le hemos puesto nombre y nombrar las cosas es muy importante porque nos ayuda a reconocerlas y aceptar su existencia.
Si no reconocemos un problema es posible que no consigamos solucionarlo nunca, pero el problema existe.
QUÉ ES EL BULLYING
La forma más común de definir el "Bullying" sería así:Bullying: es el acoso físico o psicológico al que se somete, de forma continuada, a una persona por parte de sus compañeros.Cuando éramos pequeños todos eran "abusones" ahora se les llama "acosadores".
Me parece que el término actual es más apropiado , pues si utilizamos "abusón" parece que insinuamos algún tipo de superioridad por parte del acosador… y lo cierto es que suele ser justo al contrario.
A menudo, el acosador es alguien con muchas inseguridades y envidias hacia la persona a la que ataca.
Por lo tanto, decir que se "abusa" de esta superioridad es totalmente erróneo.
Por otra parte, aunque es verdad que siempre ha existido el acoso escolar, lo cierto es que las circunstancias en las que viven los niños de hoy en día son un caldo de cultivo para este tipo de comportamientos y para que, cuando se producen, sean más dañinos todavía.
Factores como la sobreprotección de los niños (que parece que nadie les puede decir nada ni corregirles), la perdida de autoridad de profesores y padres o la cultura de la violencia (en la que los niños reciben imágenes e informaciones de violencia que terminan por banalizar)… todo esto ha producido un aumento de los casos de acoso y también de su intensidad.
Es más apropiado decir que el acosador trata de destruir a alguien que identifica como una amenaza.
El término "Bullying " es un anglicismo que viene del inglés del término "bully" y significa básicamente "acoso". Según el diccionario de Cambridge el bully es:
"alguien que hiere o asusta a otra persona, a menudo durante un período de tiempo, y frecuentemente obligándole a hacer algo que no quiere hacer"
Aunque el bullying no se produce solamente en el ámbito escolar, es en este entorno en el que es más frecuente que se produzca este tipo de acoso entre compañeros.
Tipos de Bullying
Hay distintos tipos de acoso escolar y, aunque todos son horribles, deplorables y hemos de tratar de erradicarlos, podríamos hacer una clasificación de los distintos tipos de acoso. Esta clasificación nos sirve, de nuevo, para poner nombre a las cosas y así poder actuar mejor en consecuencia.La clasificación que más me gusta es la que realizó la asociación Save the Children en su documento "Yo a eso no juego - Guía de actuación para padres y madres frente al Bullying o acoso escolar". Realmente es un documento que recomiendo leer para ampliar la infomación sobre este tema. Puedes descártelo en formato pdf aquí.
En el proponen la clasificación de estos acosos según los siguientes tipos:
- Agresión o violencia verbal
- Agresión física
- Amenazas verbales
- Exclusión social
- Acoso sexual físico o verbal
- Ciberacoso (o ciberbullying)
Ciberacoso (o ciberbullying)
El ciberacoso no es más que llevar esas prácticas de violencia y maltrato psicológico que se dan en otros ámbitos a las redes.El uso de las tecnologías de la información amplifica los mensajes de odio y las posibilidades de escarnio así como el chantaje y las posibles consecuencias de las amenazas a las que se ve sometido el acosado.
Esto abre un debate más que actual sobre el uso de las nuevas tecnologías y los niños, en el que vamos a encontrar posturas muy diferentes al respecto.
Por una parte están los que encuentran en alejar a los niños por completo de las redes una forma de protegerlo.
Por la otra están los que asumen el riesgo y lo equiparan al simple riesgo de ir al colegio o salir a la calle. Desde este punto de vista las redes no son más que otro medio inevitable en el que se puede sufrir acoso.
Ambos puntos de vista tienen su parte de razón, pero yo pienso que ambos están equivocados. Nada es blanco ni negro.
Existen herramientas de protección parental que nos pueden ayudar a controlar las interacciones sociales que nuestros hijos tienen en este medio digital. Estas herramientas tienen una cierta utilidad innegable, pero hay que ser muy claro al respecto: el control parental no va a impedir el ciberacoso.
Existen herramientas de protección parental que nos pueden ayudar a controlar las interacciones sociales que nuestros hijos tienen en este medio digital. Estas herramientas tienen una cierta utilidad innegable, pero hay que ser muy claro al respecto: el control parental no va a impedir el ciberacoso.
Otra cosa, que daría para un capítulo a parte, sería la cuestión de respetar leyes y edades a la hora de abrir cuentas en redes sociales. Que en la relidad se establecen edades que los padres nos saltamos a la torera como si no pasase nada… pero luego, a veces, pasa y nos llevamos las manos a la cabeza.
Yo creo que el equilibro pasa, además de ese cierto control que nos permita guiar a nuestros hijos, por la educación. En realidad la educación es la solución para casi todos los males de esta era… pero no aprendemos.
Educar a nuestros hijos en el comportamiento y la seguridad online, enseñarles a protegerse, a no ser vulnerables online y a saber reaccionar a tiempo puede ser la mejor prevención a este tipo de acoso.
Pero claro, aquí nos encontramos en el problema de que no podemos educar correctamente a nuestros hijos en algo que desconocemos… y lo cierto es que muchos padres en esto están totalmente pez. Por eso, guías como la de Save the Children o asociaciones como AEPAE ("Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar") son tan importantes.
LAS REDES CONTRA EL CIBERBULLYING
Las propias redes sociales son conscientes del problema y Facebook incluso ha publicado protocolos contra el ciberacoso para educadores que puedes descargarla aquí.
¿QUÉ ESPERAR DEL COLEGIO CUANDO LES AVISAMOS DEL ACOSO?
Los centros escolares (sobre todo privados y concertados, que son los que viven de esto) quieren una buena imagen y piensan que la inexistencia de acosadores entre sus alumnos da una imagen de seguridad a los papás que decidirán o no matricular a sus hijos como futuros alumnos.
Y digo esto porque es mi experiencia. En dos ocasiones he visto este comportamiento: una cuando era pequeño y otra el año pasado. Ambas en centros privados o concertados.
Acoso escolar en loso 80s
Cuando yo era pequeño un niño se empeño en aislar y ningunear a un compañero de clase. Al principio todos nos lo tomamos como una broma, un chiste,… algo sin importancia.La cosa fue a más y pronto me di cuenta de que un sentimiento que yo llamo "de jauría" crecía entre los compañeros de clase hacia el acosado. No sé por qué, pero yo tuve un momento de lucidez y me di cuenta a tiempo.( Hoy sé que ese es el punto en el que podemos ayudar a los niños a identificar signos de acoso.)
La mayoría de los compañeros de clase empezaron a jugar a un juego que llamaron "el ventosa" y consistía en escaparse del acosado ("la ventosa") para que no se te pegase. En realidad se trataba de aislarlo y anularlo personalmente.
En cuanto me di cuenta hablé con un par de compañeros y nos dirigimos hacia el acosado muy serios. El acosador y su "jauría" nos empezaron a gritar "¡qué se os pega la ventosa!". "Se llama José y es nuestro amigo" respondió uno de los compañeros que me acompañaban.
En ese momento se rompió la jauría. A nadie le hacía ya gracia formar parte del acoso. El acosador se quedó solo y sin saber con quién enfadarse por lo que había pasado.
Era un colegio privado. El centro sabía lo que ocurría. De hecho, el acosado era hijo de uno de los profesores del centro. Pero el centro miró para otro lado. Claro que, estamos hablando de principios de los 80s.
Acoso escolar en 2020
La segunda experiencia con el acoso escolar y un centro concertado fue más reciente: el año pasado.Hacía unos tres años que mi hijo sufría intermitentemente agresiones físicas por parte de un compañero del colegio.
La primera vez fue una agresión sin motivo con un casco de hockey.
A esta le siguieron otra agresión por la que estuvo un mes sin poder pisar y, cuando se estaba curando el agresor volvió a pegarle un golpe en la rodilla. Esto provocó que tuviese que llevar muletas durante otro mes más (y, por supuesto, dejar el deporte durante ese tiempo).
El año pasado las agresiones ya empezaron a ser más frecuentes y también sin motivo. Lo que me hizo saltar la alarma es que, en ocasiones, se producía el efecto "contagio" típico de estos acosadores y otros compañeros se sumaban, se reían o encubrían al acosador si el niño se quejaba a los profesores.
Así que tuvimos que meter mano en el asunto.
Primer consejo: todo por escrito y las conversaciones grabadas. Nunca se sabe.
En el centro primero dijeron que iban a tratar de hablar con el agresor, pero lo que hicieron es un careo entre ambos. El agresor lo negó todo y dijeron que "esperamos que no se repita"… pero se repitió, al día siguiente y con más violencia.
De nuevo nos dijeron que iban a hablar seriamente con el niño. Volvió a pasar exactamente lo mismo. Esta vez tardó un poco más en volver, pero a la semana siguiente ya le estaba pegando. Ahora las agresiones se acompañaban de insultos y motes denigrantes.
Entonces fue cuando dijimos que ya llevábamos muchos años aguantando esto. Mi hijo no quería ir al colegio y cuando iba lo hacía con pena y sin ganas. Les dejamos claro que tendrían que activar el protocolo del centro para evitar el acoso y que si se repetían las agresiones tendríamos que recurrir nosotros a las autoridades para que tomen cartas en el asunto.
Eso de acudir a las autoridades se ve que no encajaba bien con la estrategia de marketing del centro y nos respondieron muy seriamente que iban a abrir un proceso para aclarar lo que había pasado.
Lo que hicieron fue interrogar a mi hijo. No sé si con el agresor hicieron lo mismo, pero mi hijo tenía la sensación de que encima lo culpaban a él de ser agredido.
Al día siguiente el acosador le pegó a mi hijo, le sacó la mascarilla y le escupió en la cara. Ahí mi hijo no pudo más y trató de defenderse. No pudo darle el puñetazo que quería en la cara, pero le dio en las gafas y se las sacó de la cara. Las gafas cayeron y se dañaron y el otro niño se quejó de que le había pegado.
Al final entrevistaron a varios de los compañeros de ambos. Todos negaron todo.
Por último llamaron a "declarar" al acosador y a mi hijo.
La conclusión nos la enviaron por escrito: habían acordado que el acosador no volvería a insultar a mi hijo si este no le pegaba de nuevo.
¡Manda narices! El acosado quedaba como acosador. La rabia y el odio que sentí en ese momento no puedo describirlos… o sí… porque creo que los describí bastante bien en un correo que les envié al centro.
Después de este correo empezamos a tener llamadas de padres amigos de los padres del agresor para "interesarse por el asunto" y preguntarnos por qué no habíamos hablado con los otros padres.
Buenas pregunta, pero es que eso ya lo habíamos hecho con las otras agresiones y decían que eran "cosas de niños". Pero es que además no creo que estas cosas las debamos solucionar los padres, para eso está el centro, que es el responsable de lo que ocurra en sus instalaciones.
¿Deberíamos hacer un "#metoo" del bullying?
Lo peor que le puede ocurrir a un acosado es que se le ignore. Si se vuelve invisible nadie le ayudará y sin ayuda la cosa nunca acaba bien.
Lo malo es que a menudo los acosados se callan y no cuentan que son víctimas. Esto es natural, pues lo primero que hace el acosador es quitarle el autoestima y poner a los demás en su contra.
Por eso es imprescindible establecer esa confianza con nuestros hijos, escucharles y no quitarle importancia a los signos sin antes haber comprobado si son la muestra de algo más.
Pero además deberíamos empezar a comprender, como sociedad, que el hecho de que las víctimas de bullying sean capaces de levantar la voz y denunciarlo es un acto de valentía. Reconocerles este valor públicamente ayudará a otros muchos que sufren y no lo cuentan. Es el conocido efecto "#metoo" que se dio con los abusos sexuales que, como abuso, creo que también funcionaría perfectamente en el caso del acoso escolar.
Lamentablemente, según mi experiencia, estamos muy lejos de esto. Lo que se trata hoy en día es de barrer y guardar el polvo debajo de la alfombra. Si no se ve la mierda que tiene el centro tal vez puedan convencer a los demás de que no hay mierda... pero está ahí... debajo de la alfombra y en montones de niños a los que esta falta de apoyo les cambia la vida (casi siempre para peor).
¿Cuál es tu experiencia?
¿Y tú? ¿Has sufrido o conocido casos de acoso escolar? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
Los comentarios son para ti. Úsalos.
0 comentarios :
Publicar un comentario