Tercer Cumpleaños

24 septiembre Jesús 0 comentarios

Pues ya son 3 añitos los de mi pequeño.

Hemos celebrado la fiesta para sus amigos en Momo. Al final han sido 15 de los 18 invitados los que acudieron a la fiesta.

El sitio que escogimos lo conocí en mayo, cuando mi sobrina mayor celebró allí su cumpleaños.

Es un tanto peculiar y diferente a los demás. En la entrada no hay un logotipo de payasos, loros, duendes o globos. Es más, a primera vista no parece una sala de fiestas infantiles. Lo cierto es que cuando yo lo vi por primera vez pensé que parecía una tienda de muebles de esas modernas que hay ahora.

La verdad es que los niños se lo pasaron genial jugando en la piscina de bolas, el futbolín, los bolos, con los disfraces y en la discoteca infantil. La comida a base de pizza, tortilla y bocadillos, acompañados de refrescos y agua, palomitas, patatas fritas,...

Sin embargo, para Sandra y para mi la fiesta fue bastante más accidentada y no pudimos disfrutar lo mismo.

La fiesta empezaba a las 11:30 y terminaba a las 14:30. A primera hora empezaron a llegar los invitados con una puntualidad digna de agradecer. El último de todos, Guille, llegó como muy tarde a las 11:40. Al entrar se quedó apoyado en la puerta y nadie se dio cuenta. Cuando se cerró la puerta le golpeó en la mano y comenzó a llorar.


"¡Me quero ir a casa! ¡me quero ir a casa!" gritaba una y otra vez. Llevabamos 45 minutos tratando de convencerlo y yo ya lo daba por perdido, pero entonces Sandra lo 'chantajeó' con las chuches que le iban a dar al final de la fiesta. Le trajo una muestra de las chuches y... por arte de magia le cambio la cara y quiso volver a la fiesta con cara de felicidad.


Por un para de minutos respiramos tranquilos. "Venga, ahora a ver como se divierten los niños y a hacer de anfitrión con los padres" pensé. Comencé la ronda de saludos y les expliqué a los padres que tenían a su
disposición café, té, pastas y refrescos.

Después de un breve saludo, entré en la zona de juegos para ver como se divertía Alonso con sus amigos cuando, de pronto, se me cruza una mamá con su niña de poco más de un año. Portaba a su hija en posición horizontal debajo del brazo (como si se tratase de un periódico o una barra de pan). La niña gritaba desconsolada y su cara estaba teñida de rojo. "Que sea pintura, que sea pintura roja" deseé. Pero según me acercaba ví la herida en su frente. No era pintura. La niña dio un traspiés y se cayó de cabeza contra una sillita mientras su madre no tuvo tiempo de reaccionar a pesar de estar a su lado.

Una hora después y tras una visita al Hospital Modelo, la niña estaba jugando con el resto como si nada hubiese pasado. Pero ni sus padres ni nosotros nos quedamos muy tranquilos después del incidente.

A pesar de eso, he de reconocer que los pequeños se lo pasaron de miedo, la comida y la tarta estaban estupendas y la organización de la fiesta fue estupenda. Por otra parte Alonso recibió una 'sobredosis' de regalos, felicitaciones y emociones durante el día.

A pesar de no ser de los más económicos en A Coruña, creo que Momo es un sitio altamente recomendable para celebrar un cumpleaños infantil.

Ahora toca descansar que mañana toca la segunda parte: "La fiesta de cumpleños familiar"


0 comentarios :