Me perdí la última ecografía

15 septiembre Jesús 4 comentarios

Esta mañana ha sido la última ecografía de Alonso antes de que nazca. La hora de la eco eran las 10:30am. Yo trabajo a unos 3 minutos en coche del ambulatorio, por lo que quedé con Sandra para que me llamase cuando estuviese allí.

A las 10:35am me mandó un mensaje diciéndome que había una lista larguísima de personas en espera y que iban a tardar. Que no saliese todavía. La llamé al momento y resulto ser que la lista era enorme, pero tan solo había tres personas en la sala de espera. En seguida empecé a cerrar 'ventanas' abiertas en el ordenador del trabajo para prepararme y salir hacia allí.

En cuanto me puse en pie y cogí las llaves del coche, sonó el teléfono de nuevo: "Soy yo, que ya salí". Era Sandra. "¿Que ya saliste de donde?". Le pregunté. "De la ecografía. Es que... de repente me llamaron y fue todo visto y no visto. Está todo bien".

'Bueno, está todo bien. Eso es lo importante', pensé. Pero al momento me di cuenta: 'Me había perdido la ecografía de Alonso'. Me sentí un padre horrible. Ya sé que no hay para tanto. Muchos padres no pueden ir ni a una sola ecografía y no pasa nada, pero yo me sentí fatal.

Si alguien tiene dudas todavía sobre la existencia del alma: el alma existe... y pesa. En ese momento noté como temblaba el suelo cuando se me cayó el alma a los pies. "Es igual, voy para ahí y me cuentas" le dije antes de colgar el teléfono.

Durante los tres minutos de viaje hasta el ambulatorio conecté el manos libres del coche y llame a Sandra de nuevo. Necesitaba saber más.

-"Como está la foto. Al menos, esta vez no estará movida ¿no?"

-"No me la han dado"

- "¡¿Que?!. ¿Por qué no te la dieron?"

- "La doctora dice que no tiene la obligación de darla, y como está apurada..."

- "Que hija de puta esa ecógrafa" (Que yo no suelo emplear este lenguaje, pero me salió del alma... la misma que acababa de recoger del suelo).

- "No, es que no tienen obligación" respondió Sandra intentando defender... no sé muy bien que.

- "Bueno, pues estará cumpliendo con los mínimos exigidos. Pero como persona es una hija de puta (con todos los respetos a su madre que no tiene la culpa de nada)"

Ahora, en frío, sigo pensando que por muy apurada que esté no le hubiese costado nada darnos la ecografía. Me imagino que alguien que hace eso tiene que ser una mala persona y bastante amargada.

En ese tiempo ya había llegado y recogí a Sandra en la puerta. Mientras aparcamos me contó que pesa 3,100Kg y que habían dicho que esta muy bien de peso. Aún no está encajado para salir, pero si que está boca abajo.

Viendo los datos que anotó sobre la eco no pude saber mucho más. Lo más importante: mide unos 49,7cm de alto. Todo un grandullón.

4 comentarios :

Mariana dijo...

Qué lindo tamaño tiene! Ya falta poquito,eh!! Qué bueno que todo siga tan bien!! Un gran abrazo!

Anónimo dijo...

Hola a ambos. Escribo por primera vez en este blog. He tenido ganas de hacerlo en varias ocasiones, pero este último post me ha hecho decidir. Definitivamente, habéis tenido muy mala suerte, muy mala, con los profesionales que os han atendido, porque mi experiencia de paciente de la Seguridad Social ha sido radicalmente opuesta a la vuestra. Conste, eso sí, que yo vivo en Barcelona –os lo indico porque en determinados aspectos, como habéis podido comprobar, los criterios médicos cambian según las autonomías-.Veréis:
1.- A mí el ginecólogo me ha atendido tantas veces como he querido, las consultas han sido tan extensas como he necesitado, le he podido preguntar sin tapujos acerca de todo lo divino y lo humano, ya que es una persona tolerante, progresista y sé que jamás me contestará basándose en ningún tipo que prejuicio moral, sino en bases empíricas y científicas.
2.- Primera ecografía, en el Hospital: mi pareja pudo entrar conmigo y allí se quedó hasta que salimos. El médico que nos atendió, eso sí, se pasó ¡un cuarto de hora! callado, observando y anotando. Cuando ya no podía más le pregunté si había algún problema, pero él me dijo que no, que simplemente necesitaba concentrarse, y porque, además, el feto no paraba de moverse. En los cinco-diez minutos siguientes nos enseñó la pantalla y todos los detalles del alien –es que parecía un alien-, mientras nos daba explicaciones de todo. En total: veinte-veinticinco minutos entre reconocimiento y explicación.
3.- Segunda ecografía, en el mismo Hospital: entramos también los dos. Era agosto, y sin embargo la visita fue aún más extensa y concienzuda que la anterior –siempre pensamos que en verano y fiestas a los pacientes se los quitan enseguida de encima, pero no-. Nos atendieron dos médicos de unos treinta y pico. Mientras una se concentraba y anotaba lo que veía, la otra nos dio una auténtica conferencia obstétrica y ginecológica, ya que yo no hacía sino preguntar y preguntar dudas y ella no tuvo ningún inconveniente en resolverlas, y con extremo rigor. Nos trataron –a ambos- con un cuidado y respeto exquisitos. No creo que en ningún sitio el trato pudiese ser mejor, más eficiente y humano. Duró como media hora.
Tengo una amiga que con su primer hijo fue por la Seguridad Social y con el segundo por la mutua, y se arrepintió muchísimo: como la trataron en el hospital no lo hicieron, ni de lejos, en la clínica. Conozco otro caso, aún más sangrante: a ella se la fueron toreando en la mutua y acabó teniendo un aborto tardío, casi a los cinco meses. Fue entonces cuando fueron al Hospital: el trato recibido fue tan distinto, tan delicado, tan eficaz y sorprendente –en comparación con los otros médicos- que no volverán a ir a la mutua y hartos de vino. No hay color, y no sólo en medios, sino en trato humano. Al menos aquí, en Barcelona, en otras provincias no te sé decir. Yo, aunque tuviera una mutua –que no es el caso- jamás de la vida se me ocurriría parir en una clínica.
No sé si os he ayudado, pero estoy convencida de que Sandra, cuando lea esto, dirá algo así como “¿Lo ves? Ya te lo decía yo...”.
Un abrazo para los tres.

Jesús dijo...

mariana, muchas gracias. Tienes razón, no queda casi nada.

nmml, no sabes como te envidio. Así deberían de ser todos los centros de salud públicos. Pero tienes razón, mi experiencia es radicalmente opuesta a la tuya. Te envidio por eso, que lo sepas. Cuando vuelvas a tu ambulatorio, si quieres les das la enhorabuena de mi parte, que se lo merecen. Yo te diría que les dieses "un beso a ellas un abrazo a ellos", que se merecen eso y más... pero te iban a mirar mal si aparece una embarazada 'repartiendo cariño' a diestro y siniestro.

Creo que deberías contar tu experiencia siempre que puedas, tal y como has hecho aquí. A ver si así toman ejemplo otros. Si en tu centro se hace es que se puede hacer. O sea, que a mi no me vengan con 'milongas' de que la Inseguridad Social 'funciona así'.

¡Cachis! que me queda muy lejos Barcelona para venir a trabajar todos los días a Coruña, que si no me mudaba solo por eso.

Anónimo dijo...

Querido Jesús: me alegro mucho de que mi testimonio te haya resultado de ayuda. Yo también te tengo que agradecer –o más bien culpar- por haber escrito este blog: a la que lo descubrí me enganché de tal manera que empecé a leerlo desde su inicio un día, a media noche, y me dieron... ¡¡las siete de la mañana!! Sufrí al principio –cuando no había manera de lograr que os quedarais embarazados-, me entusiasmé cuando lo conseguisteis, por fin, me deprimí cuando perdisteis el feto, y volví a alegrarme sobremanera cuando por fin apareció Alonso en vuestras vidas. De hecho, incluso llegué a calcular cuánto os podía faltar para el parto o en qué semana estabais... yo voy un poco más retrasada que vosotros –me falta un día para estar de 23 semanas-, pero mi experiencia ha sido completamente distinta, y no sólo por el trato médico recibido sino porque... me quedé embarazada a la primera, con 36 años, periodos de sólo 24 días y sufriendo ambos un estrés laboral apabullante. Por eso cuando te leía y leía no podía dejar de sentir una tremenda empatía y, al mismo tiempo, un cierto complejo de culpabilidad: ¿por qué nosotros lo logramos a la primera y ellos han tenido que sufrir un via crucis tan descorazonador? Pero claro, eso es algo que no se elige.
Respecto al trato médico, yo creo que, más que las instituciones, se trata de tener suerte con las personas. O que quizá aquí trabajan en la pública los mejores especialistas –en todo caso, luego, por las tardes, abren una consulta privada, pero claro, los medios son incomparables-, o, al menos, están contentos con su trabajo. No lo sé. Eso sí: para pedir hora con el dermatólogo puedes tardar tres meses en lograr que te atiendan, pero cuando se trata de consultas fijas –como una eco, por ejemplo, o una extracción de sangre especial, para el triple screening- entonces son atentos y puntualísimos. Yo obtuve los resultados de esta última prueba en tres días, más o menos. Y no, para los que hayan podido pensar que soy médico, o enfermera, o mi trabajo tiene que ver con la medicina ya os aseguro que no, que todo lo contrario –de hecho te felicito por lo bien que narras, describes los hechos y reflexionas por escrito, algo que no suele ser precisamente habitual entre aquellos que se dedican a los números-, y que además soy una paciente pésima porque siempre quiero saber más, suelo excederme del tiempo estipulado por consulta y protesto cuando algo no me convence o requiero más información.
Te felicito, por tanto, encarecidamente por tu blog. Yo había calculado que Sandra salía de cuentas el 29, pero visto lo visto igual será el 22, quizá hasta el 21, el día del solsticio. Tennos informados, porque mucho me temo que todos andamos expectantes.